sábado, 9 de abril de 2016

FRATELLANZA BATEADORA

Entre las Butacas y los Bleachers
Pablo Grajales Rojas
@Pablo_dude

FRATELLANZA  BATEADORA

A una semana de ondear la bandera verde inaugurando la temporada 2016 de la LMB son muchas las historias que podemos resaltar: las 14 carreras con 13 imparables que los Leones de Yucatán registraron en un inning, el ciclo de Juan Martínez con El Águila, los cinco hits en una velada  de Nyjer Morgan con Pericos, el arribo a mil indiscutibles de Héctor Páez cuyo compañero melenudo Oswaldo Morejón se ubicó en la antesala de los 2 mil.
Pero ha sido el dúo dinámico, los modernos Bash Brothers, tan distantes sus hogares –de la colorida villa mediterránea en San Remo al territorio yaqui en Ciudad Obregón- como sus estaturas, siendo el más alto y de menor estatura en el roster, el que acapara reflectores.
Alex Liddi y Esteban Quiroz han despedazado al pitcheo oponente en el comienzo de la campaña.
Ambos lideran el circuito con 4 home runs y son líder y sublíder de producciones con 15 para el italiano y 14 para el flamante Novato del Año en la Mexicana del Pacífico.
Habría que remontarnos al 2003 para encontrar al último Tigre en liderar tales categorías cuando el dominicano Guillermo García encabezó ambos listados con 28 y 95 respectivamente. Quiroz presume un astronómico 1.043 de slugging y fue ningún otro que Jorge Alberto ‘Chato’ Vázquez el más reciente bengalí en dominar la estadística promediando .799 y .739 en las últimas dos temporadas de los Tigres en la Angelópolis.
Durante la transmisión del viernes en Oaxaca, el colega Samuel López Brena resaltaba que la suma de remolques cosechada entre Alex y Esteban en las más recientes tres jornadas rebasaba el total del carreraje de al menos media docena de clubes en LMB.
Vaya, luego de seis juegos, el explosivo binomio Liddi-Quiroz compila 29 carreras producidas que superan la cuota total de producciones en 2016 de siete clubes incluyendo a la otrora máquina roja, los Diablos (25), al último invicto, los Rojos del Águila (28), a pesadas artillerías norteñas como Saraperos (18) y Vaqueros (22), al igual que los “desdinamitados” Delfines (17), Piratas (17) y Olmecas (7).
Es solamente el amanecer y el baseball es una disciplina de regularidad y resistencia. Pero vaya que ha sido emocionante ver los proyectiles ítalo-obregonenses saludar la madrugada 2016 de nuestro amado deporte.

ROTACIÓN EN ROTACIÓN

Los abridores felinos lideraron la LMB 2015 en victorias (47), efectividad (3.60), innings por apertura (5.49) e inducciones para doble play (81)  mientras fueron quienes menos derrotas (27) registraron y otorgaron la menor cantidad de pasaportes (164).
Las ausencias del ‘Monchón’ Ramón Ortíz, el ‘Gigante’ Daniel Cabrera y el joven Carlos Bustamante significaron un cambio contrastante para el club. Pero la experiencia de Pablo Ortega, la rápida madurez de Wilmer Ríos y el retorno de Rafael ‘Raffy’ Pérez auguraban resultados tan positivos como los del año del duodécimo campeonato. Pronóstico impulsado igualmente por la presencia de José Ariel Contreras quien no requiere introducción y un Julián Arballo más que probado en la LMP.
Si bien Pérez comenzó en la lista de lesionados y tanto el ‘Titán de Bronce’, Contreras, como Arballo, de la Brawley, California, que ha dado al baseball nombres como los de Rudy Seanez, Sergio Romo y el inmortal Isidro Monge (oriundo de Agua Prieta pero estudiado en ese semillero al otro lado de la frontera cachanilla) tuvieron salidas cortas en la miniserie inaugural, la historia dio un giro positivo al afrontar la harto compleja visita a Puebla y Oaxaca.
Ríos, Ortega, Contreras y Arballo entregaron, consecutivamente, aperturas exitosas tanto en forma como en fondo. Wilmer debió ganar pero salió sin decisión. Sin embargo, las tres victorias consecutivas de Pablo, José Ariel y Julián merecen gran reconocimiento. En todo 2015, integrantes de la rotación bengalí triunfaron en tres salidas en fila durante cuatro secuelas. Y en 2014, los pitchers de arranque ligaron créditos favorables en tres duelos hilados solamente tres veces.

PEPPER GAME


La invasión mexicoamericana del 2016 nos ha dado intrigantes anécdotas. Con Pericos vimos lanzar a Wes Torrez quien nos confirmó ser hijo de Mike Torrez, ganador de 185 juegos en 18 temporadas en Grandes Ligas. Mike le dio el 50 por ciento de victorias en Serie Mundial a los Yankees de 1977 incluyendo el juego de los tres home runs de Reggie Jackson el 18 de octubre de aquel año. Igualmente trepó a la loma por los Parrots (16 de los 30 peloteros en el roster de Puebla son no nacidos en la República Mexicana) Luis Pollorena, un sobreviviente a la leucemia infantil cuyo papá Óscar lanzó en Liga Mexicana durante los años 80. Como nos platicó el buen amigo Nat Barrientos desde Laredo, el abuelo de Luis, Romeo Cadena, fue tres veces campeón con los Tecolotes, en 1953, ‘54 y ‘58. Y el pitcher ambidextro Esau ‘Chacho’ Madrigal llegó a tener una oferta de beca para jugar con los Aztecas de la Estatal de San Diego cuando una lesión lo privó de ir a una de las mejores escuelas de los Estados Unidos para la cual el inmortal y lamentablemente ya fallecido Tony Gwynn fungió como manager. Curiosamente, una fractura sufrida en fiesta cuando niño motivó a Madrigal, bajo la instrucción de Enrique Lechuga Sr. –papá del ex serpentinero felino- a aprender a tirar con el brazo izquierdo apenas dos horas después de que le enyesaron el derecho convirtiéndose, eventualmente, en un switch pitcher al estilo del pulpo Pat Venditte. 

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