Entre las Butacas y los Bleachers
Pablo Grajales Rojas
@Pablo_dude
FRATELLANZA BATEADORA
A una semana
de ondear la bandera verde inaugurando la temporada 2016 de la LMB son muchas
las historias que podemos resaltar: las 14 carreras con 13 imparables que los
Leones de Yucatán registraron en un inning, el ciclo de Juan Martínez con El
Águila, los cinco hits en una velada de
Nyjer Morgan con Pericos, el arribo a mil indiscutibles de Héctor Páez cuyo
compañero melenudo Oswaldo Morejón se ubicó en la antesala de los 2 mil.
Pero ha sido
el dúo dinámico, los modernos Bash
Brothers, tan distantes sus hogares –de la colorida villa mediterránea en
San Remo al territorio yaqui en Ciudad Obregón- como sus estaturas, siendo el
más alto y de menor estatura en el roster, el que acapara reflectores.
Alex Liddi y
Esteban Quiroz han despedazado al pitcheo oponente en el comienzo de la
campaña.
Ambos lideran
el circuito con 4 home runs y son líder y sublíder de producciones con 15 para
el italiano y 14 para el flamante Novato del Año en la Mexicana del Pacífico.
Habría que
remontarnos al 2003 para encontrar al último Tigre en liderar tales categorías
cuando el dominicano Guillermo García encabezó ambos listados con 28 y 95
respectivamente. Quiroz presume un astronómico 1.043 de slugging y fue ningún
otro que Jorge Alberto ‘Chato’ Vázquez el más reciente bengalí en dominar la
estadística promediando .799 y .739 en las últimas dos temporadas de los Tigres
en la Angelópolis.
Durante la
transmisión del viernes en Oaxaca, el colega Samuel López Brena resaltaba que
la suma de remolques cosechada entre Alex y Esteban en las más recientes tres
jornadas rebasaba el total del carreraje de al menos media docena de clubes en
LMB.
Vaya, luego de
seis juegos, el explosivo binomio Liddi-Quiroz compila 29 carreras producidas
que superan la cuota total de producciones en 2016 de siete clubes incluyendo a
la otrora máquina roja, los Diablos (25), al último invicto, los Rojos del
Águila (28), a pesadas artillerías norteñas como Saraperos (18) y Vaqueros
(22), al igual que los “desdinamitados” Delfines (17), Piratas (17) y Olmecas
(7).
Es solamente
el amanecer y el baseball es una disciplina de regularidad y resistencia. Pero
vaya que ha sido emocionante ver los proyectiles ítalo-obregonenses saludar la
madrugada 2016 de nuestro amado deporte.
ROTACIÓN EN ROTACIÓN
Los abridores
felinos lideraron la LMB 2015 en victorias (47), efectividad (3.60), innings
por apertura (5.49) e inducciones para doble play (81) mientras fueron quienes menos derrotas (27)
registraron y otorgaron la menor cantidad de pasaportes (164).
Las ausencias
del ‘Monchón’ Ramón Ortíz, el ‘Gigante’ Daniel Cabrera y el joven Carlos
Bustamante significaron un cambio contrastante para el club. Pero la
experiencia de Pablo Ortega, la rápida madurez de Wilmer Ríos y el retorno de
Rafael ‘Raffy’ Pérez auguraban resultados tan positivos como los del año del duodécimo
campeonato. Pronóstico impulsado igualmente por la presencia de José Ariel
Contreras quien no requiere introducción y un Julián Arballo más que probado en
la LMP.
Si bien Pérez
comenzó en la lista de lesionados y tanto el ‘Titán de Bronce’, Contreras, como
Arballo, de la Brawley, California, que ha dado al baseball nombres como los de
Rudy Seanez, Sergio Romo y el inmortal Isidro Monge (oriundo de Agua Prieta
pero estudiado en ese semillero al otro lado de la frontera cachanilla)
tuvieron salidas cortas en la miniserie inaugural, la historia dio un giro
positivo al afrontar la harto compleja visita a Puebla y Oaxaca.
Ríos, Ortega,
Contreras y Arballo entregaron, consecutivamente, aperturas exitosas tanto en
forma como en fondo. Wilmer debió ganar pero salió sin decisión. Sin embargo,
las tres victorias consecutivas de Pablo, José Ariel y Julián merecen gran
reconocimiento. En todo 2015, integrantes de la rotación bengalí triunfaron en
tres salidas en fila durante cuatro secuelas. Y en 2014, los pitchers de
arranque ligaron créditos favorables en tres duelos hilados solamente tres
veces.
PEPPER GAME
La invasión
mexicoamericana del 2016 nos ha dado intrigantes anécdotas. Con Pericos vimos
lanzar a Wes Torrez quien nos confirmó ser hijo de Mike Torrez, ganador de 185
juegos en 18 temporadas en Grandes Ligas. Mike le dio el 50 por ciento de
victorias en Serie Mundial a los Yankees de 1977 incluyendo el juego de los
tres home runs de Reggie Jackson el 18 de octubre de aquel año. Igualmente
trepó a la loma por los Parrots (16
de los 30 peloteros en el roster de Puebla son no nacidos en la República
Mexicana) Luis Pollorena, un sobreviviente a la leucemia infantil cuyo papá
Óscar lanzó en Liga Mexicana durante los años 80. Como nos platicó el buen
amigo Nat Barrientos desde Laredo, el abuelo de Luis, Romeo Cadena, fue tres
veces campeón con los Tecolotes, en 1953, ‘54 y ‘58. Y el pitcher ambidextro
Esau ‘Chacho’ Madrigal llegó a tener una oferta de beca para jugar con los Aztecas
de la Estatal de San Diego cuando una lesión lo privó de ir a una de las
mejores escuelas de los Estados Unidos para la cual el inmortal y
lamentablemente ya fallecido Tony Gwynn fungió como manager. Curiosamente, una
fractura sufrida en fiesta cuando niño motivó a Madrigal, bajo la instrucción
de Enrique Lechuga Sr. –papá del ex serpentinero felino- a aprender a tirar con
el brazo izquierdo apenas dos horas después de que le enyesaron el derecho convirtiéndose,
eventualmente, en un switch pitcher al estilo del pulpo Pat Venditte.
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