sábado, 23 de abril de 2016

LOS MATADORES DEL ‘PEN

Entre las Butacas y los Bleachers
Pablo Grajales Rojas
@Pablo_dude
Abril 23, 2016
 
LOS MATADORES DEL ‘PEN
 

A diferencia de los toros que se encaminan al matadero, los serpentineros bengalíes que conforman el bullpen se han desempeñado como auténticos matadores en 2016.
Cierto es que el equilibro mostrado por el club tras los primeros 18 desafíos de la campaña ha sido asombroso: terceros en bateo colectivo (.307), líderes en home runs (24), sublíderes en carreras anotadas (113), terceros en efectividad (3.31) y carreras toleradas (67) y primeros en cuanto al menor número de bambinazos permitidos (8).
Para rematar la idea, Tigres tiene el mejor diferencial de carreras, es decir, las anotadas menos las recibidas, de toda la LMB con un grueso +46 que supera ampliamente a Monclova (+35) y a Monterrey (+23). El resto se ubican, de mayor a menor, de la siguiente manera: Reynosa (+17), Aguascalientes (+12), Laguna (+11), Tijuana (+8) –hasta aquí todos equipos de Zona Norte a excepción del mejor exponente, Tigres- Yucatán (+1), Puebla (-3), Campeche y el México (-7), Veracruz (-11), Saltillo (-15), Tabasco (-33), Oaxaca (-36) y Ciudad del Carmen (-41).
Pero el objetivo bajo análisis es destacar la labor que los pitchers de relevo han demostrado, permitiendo a los felinos ganar 11 de sus primeros 18 desafíos. Vaya, incluso el bullpen ha prestado tres brazos a la rotación: Jesús Castillo Ripalda y los debutantes Juan Macías y Fernando Miranda, quienes han cumplido con creces la asignatura.
Por ahora, el cuerpo de relevistas bengalíes presume marca de 5 ganados y uno perdido con 2.93 de efectividad. El año pasado, que redituó a la franquicia su corona número 12, el bullpen compiló un pedestre 4.23 de carreras limpias admitidas a pesar de comandar el circuito en salvamentos (33) y con el menor número de carreras concedidas (193). Hoy, la agrupación encargada de respaldar a los abridores luce impenetrable. Apenas el 28.3 por ciento del carreraje permitido en la temporada ha llegado en el último tercio de los juegos, por un 40.3% entre los primeros tres innings.
La cofradía incluye gente con distintos niveles de experiencia y bifurcados caminos recorridos en sus trayectorias. Brazos comprobados como el de Adrián Ramírez, con inmaculada efectividad en ocho entradas sobre siete apariciones; el transformado Raúl Barrón quien vuelve al equipo que lo convirtió en lanzador y acumula ya tres créditos favorables; el estadounidense Josh Judy que solamente ha concedido una carrera, el cuadrangular walk-off de Nyjer Morgan en Puebla; el taponero dominicano Esmailin Caridad, elite en Liga Mexicana del Pacífico y en revancha personal con los Tigres, a quien apenas rasguñan con dos hits en seis capítulos en blanco; el único siniestro, Matías Carrillo, a quien no le pesó en absoluto quedar con encargo completo luego de la salida de Arturo Barradas hacia el glorioso Águila; un Ulises López que pasó de ser el as de la rotación en la Universidad del Centro de Oklahoma a la independiente Liga de la Frontera, a los Yaquis de Obregón y al campeón veraniego como el pitcher de poder que hacía falta, con siete ponches en igual número de innings; el dominicano Daniel Sánchez, ahora de doble nacionalidad, que llegó a México con Petroleros de Minatitlán y saltó de la Liga Meridana a los Tigres (2.38 de efectividad en 11.1 entradas que lideran al relevo felino); y hasta el novato Alberto Leyva quien sobre seis apariciones aún no es vulnerado por las artillerías LMB. Y cuando Francisco Cambustón se recupere de una molestia, el relevo solamente se fortalecerá.
Años atrás, la decisión de renovar los brazos en el bullpen parecía una apuesta incierta; hoy, con una mezcla de edades, nacionalidades y cualidades, Tigres tiene la solidez y hermetismo necesarios para encauzar los duelos hacia su columna de victorias.
 

PEPPER GAME

El meteórico inicio de la artillería felina en 2016 incluyó el record de carreras anotadas por los Tigres en su era quintanarroense. Los Tigres timbraron 21 carreras el 27 de marzo de 2008 en noche de dos home runs y seis remolques para Iker Franco en Cancún; también registraron 21 anotaciones el 13 de mayo de 2014 en Oaxaca en la terrorífica noche de una marca que el Quién es Quién, infortunadamente, aún no reconoce: las 18 escalofriantes bases por bolas que el pitcheo de Guerreros concedió a los Tigres. Pero el miércoles 6 de abril del año en curso, en Puebla, los felinos peninsulares cruzaron 22 veces el pentágono con cuatro imparables de Jerry Owens y noche de tres hits, un cuadrangular y cuatro carreras impulsadas tanto de Esteban Quiroz como de Alex Liddi … La cifra más alta previamente verificada por los reyes del zarpazo se dio, curiosamente, un 13 de mayo pero de 2006 al vapulear 24-3 a los Olmecas en el parque Hermanos Serdán, tarde que vio a Jorge Vázquez convertirse en el quinto pelotero de la historia en conectar cuatro vuelacercas en un solo juego … Los bengalíes no habían conectado un solo triple en todo 2016 cuando, como Jayson Stark ironizaría en sus brillantes columnas, obviamente llegaron dos hits de tres colchonetas en un espacio de tres bateadores, cortesía de Owens y Jorge Cantú, y vendría un tercer triple tres entradas más tarde con el conectado por Eugenio Vélez. De nuevo, recalcando el irónico obviamente, los Tigres no han vuelto a conectar triple alguno desde aquellos tres que llegaron en un lapso comprendido entre 18 bateadores.

 
 


sábado, 9 de abril de 2016

FRATELLANZA BATEADORA

Entre las Butacas y los Bleachers
Pablo Grajales Rojas
@Pablo_dude

FRATELLANZA  BATEADORA

A una semana de ondear la bandera verde inaugurando la temporada 2016 de la LMB son muchas las historias que podemos resaltar: las 14 carreras con 13 imparables que los Leones de Yucatán registraron en un inning, el ciclo de Juan Martínez con El Águila, los cinco hits en una velada  de Nyjer Morgan con Pericos, el arribo a mil indiscutibles de Héctor Páez cuyo compañero melenudo Oswaldo Morejón se ubicó en la antesala de los 2 mil.
Pero ha sido el dúo dinámico, los modernos Bash Brothers, tan distantes sus hogares –de la colorida villa mediterránea en San Remo al territorio yaqui en Ciudad Obregón- como sus estaturas, siendo el más alto y de menor estatura en el roster, el que acapara reflectores.
Alex Liddi y Esteban Quiroz han despedazado al pitcheo oponente en el comienzo de la campaña.
Ambos lideran el circuito con 4 home runs y son líder y sublíder de producciones con 15 para el italiano y 14 para el flamante Novato del Año en la Mexicana del Pacífico.
Habría que remontarnos al 2003 para encontrar al último Tigre en liderar tales categorías cuando el dominicano Guillermo García encabezó ambos listados con 28 y 95 respectivamente. Quiroz presume un astronómico 1.043 de slugging y fue ningún otro que Jorge Alberto ‘Chato’ Vázquez el más reciente bengalí en dominar la estadística promediando .799 y .739 en las últimas dos temporadas de los Tigres en la Angelópolis.
Durante la transmisión del viernes en Oaxaca, el colega Samuel López Brena resaltaba que la suma de remolques cosechada entre Alex y Esteban en las más recientes tres jornadas rebasaba el total del carreraje de al menos media docena de clubes en LMB.
Vaya, luego de seis juegos, el explosivo binomio Liddi-Quiroz compila 29 carreras producidas que superan la cuota total de producciones en 2016 de siete clubes incluyendo a la otrora máquina roja, los Diablos (25), al último invicto, los Rojos del Águila (28), a pesadas artillerías norteñas como Saraperos (18) y Vaqueros (22), al igual que los “desdinamitados” Delfines (17), Piratas (17) y Olmecas (7).
Es solamente el amanecer y el baseball es una disciplina de regularidad y resistencia. Pero vaya que ha sido emocionante ver los proyectiles ítalo-obregonenses saludar la madrugada 2016 de nuestro amado deporte.

ROTACIÓN EN ROTACIÓN

Los abridores felinos lideraron la LMB 2015 en victorias (47), efectividad (3.60), innings por apertura (5.49) e inducciones para doble play (81)  mientras fueron quienes menos derrotas (27) registraron y otorgaron la menor cantidad de pasaportes (164).
Las ausencias del ‘Monchón’ Ramón Ortíz, el ‘Gigante’ Daniel Cabrera y el joven Carlos Bustamante significaron un cambio contrastante para el club. Pero la experiencia de Pablo Ortega, la rápida madurez de Wilmer Ríos y el retorno de Rafael ‘Raffy’ Pérez auguraban resultados tan positivos como los del año del duodécimo campeonato. Pronóstico impulsado igualmente por la presencia de José Ariel Contreras quien no requiere introducción y un Julián Arballo más que probado en la LMP.
Si bien Pérez comenzó en la lista de lesionados y tanto el ‘Titán de Bronce’, Contreras, como Arballo, de la Brawley, California, que ha dado al baseball nombres como los de Rudy Seanez, Sergio Romo y el inmortal Isidro Monge (oriundo de Agua Prieta pero estudiado en ese semillero al otro lado de la frontera cachanilla) tuvieron salidas cortas en la miniserie inaugural, la historia dio un giro positivo al afrontar la harto compleja visita a Puebla y Oaxaca.
Ríos, Ortega, Contreras y Arballo entregaron, consecutivamente, aperturas exitosas tanto en forma como en fondo. Wilmer debió ganar pero salió sin decisión. Sin embargo, las tres victorias consecutivas de Pablo, José Ariel y Julián merecen gran reconocimiento. En todo 2015, integrantes de la rotación bengalí triunfaron en tres salidas en fila durante cuatro secuelas. Y en 2014, los pitchers de arranque ligaron créditos favorables en tres duelos hilados solamente tres veces.

PEPPER GAME


La invasión mexicoamericana del 2016 nos ha dado intrigantes anécdotas. Con Pericos vimos lanzar a Wes Torrez quien nos confirmó ser hijo de Mike Torrez, ganador de 185 juegos en 18 temporadas en Grandes Ligas. Mike le dio el 50 por ciento de victorias en Serie Mundial a los Yankees de 1977 incluyendo el juego de los tres home runs de Reggie Jackson el 18 de octubre de aquel año. Igualmente trepó a la loma por los Parrots (16 de los 30 peloteros en el roster de Puebla son no nacidos en la República Mexicana) Luis Pollorena, un sobreviviente a la leucemia infantil cuyo papá Óscar lanzó en Liga Mexicana durante los años 80. Como nos platicó el buen amigo Nat Barrientos desde Laredo, el abuelo de Luis, Romeo Cadena, fue tres veces campeón con los Tecolotes, en 1953, ‘54 y ‘58. Y el pitcher ambidextro Esau ‘Chacho’ Madrigal llegó a tener una oferta de beca para jugar con los Aztecas de la Estatal de San Diego cuando una lesión lo privó de ir a una de las mejores escuelas de los Estados Unidos para la cual el inmortal y lamentablemente ya fallecido Tony Gwynn fungió como manager. Curiosamente, una fractura sufrida en fiesta cuando niño motivó a Madrigal, bajo la instrucción de Enrique Lechuga Sr. –papá del ex serpentinero felino- a aprender a tirar con el brazo izquierdo apenas dos horas después de que le enyesaron el derecho convirtiéndose, eventualmente, en un switch pitcher al estilo del pulpo Pat Venditte.